(Extracto de discurso leído el 11 de septiembre de 2007 en Casa Central PUCV)"
...Hace 34 años, exactamente un martes, el pueblo sangró, Chile se dividió y nuestra bandera quemada flameó. La luz y energía vital de nuestra patria se cubrió de un manto sombrío de traición, felonía e intolerancia.
Pareciera que estos 34 inviernos que han pasado nos han dejado atontados, con la mirada baja y el alma inhumanizada. La intención de este momento es ir al rescate histórico de aquella idea que concebía que otro Chile era posible. Idea fundada en valores que hoy parecen parte de trasnochados libros de historia. Queremos demostrar, no aquellos que se esconden en las ideas del orden, en sillones de cuero o en escaños de "representación", sino a nosotros mismos que somos capaces de mirar lo sucedido desde una perspectiva país, constructiva y popularmente madura. Somos capaces de evitar que nuestra miradas se agoten en los actos grotescos y indecibles que conocemos y lograr que aquellas no sean manchadas con las páginas ensangrentadas de nuestro Chile.
Nos acompaña la indefectible seguridad que muchas de las demandas de hoy son las mismas que ayer: equidad, redistribución de la riqueza, justicia social, no más explotación económica, democratización de las instituciones... Además, hoy queremos terminar de una vez por todas con el velo que existe sobre ideas, manifiestos y diversas palabras. Hoy queremos hablar con absoluta decisión de poder popular, de conciencia social y de revolución; Revolución. Pero debemos saber que aquella no implica destruir sino construir, no implica arrasar sino edificar. Implica producir los cambios sociales desde el silencio de la cotidianidad, del día a día. Cada uno de nosotros, más aún estudiantes, somos agentes portadores de un mensaje de esperanza y transformación, de aquella idea que se sintetiza en que Otro Chile es posible, los Sueños aún existen".
...Hace 34 años, exactamente un martes, el pueblo sangró, Chile se dividió y nuestra bandera quemada flameó. La luz y energía vital de nuestra patria se cubrió de un manto sombrío de traición, felonía e intolerancia.
Pareciera que estos 34 inviernos que han pasado nos han dejado atontados, con la mirada baja y el alma inhumanizada. La intención de este momento es ir al rescate histórico de aquella idea que concebía que otro Chile era posible. Idea fundada en valores que hoy parecen parte de trasnochados libros de historia. Queremos demostrar, no aquellos que se esconden en las ideas del orden, en sillones de cuero o en escaños de "representación", sino a nosotros mismos que somos capaces de mirar lo sucedido desde una perspectiva país, constructiva y popularmente madura. Somos capaces de evitar que nuestra miradas se agoten en los actos grotescos y indecibles que conocemos y lograr que aquellas no sean manchadas con las páginas ensangrentadas de nuestro Chile.
Nos acompaña la indefectible seguridad que muchas de las demandas de hoy son las mismas que ayer: equidad, redistribución de la riqueza, justicia social, no más explotación económica, democratización de las instituciones... Además, hoy queremos terminar de una vez por todas con el velo que existe sobre ideas, manifiestos y diversas palabras. Hoy queremos hablar con absoluta decisión de poder popular, de conciencia social y de revolución; Revolución. Pero debemos saber que aquella no implica destruir sino construir, no implica arrasar sino edificar. Implica producir los cambios sociales desde el silencio de la cotidianidad, del día a día. Cada uno de nosotros, más aún estudiantes, somos agentes portadores de un mensaje de esperanza y transformación, de aquella idea que se sintetiza en que Otro Chile es posible, los Sueños aún existen".